miércoles, 28 de abril de 2010

EDUCACIÓN EN VALORES

Catedrática: Licda. Gladys Pérez

Guatemala, 2010

FUNDAMENTOS ICA PROFESIONAL

LA MORAL Y ETICA

La ética puede considerarse fundada por Sócrates. Fue efectivamente, en el siglo v antes de Cristo. Cuando se despertó el interés filosófico por el hombre, y más concretamente por la conducta moral del hombre.

Cicerón al pasar la filosofía de Grecia llama a la ética philosophia morun, filosofía moral.

ETIMOLOGÍA:

Ética: se deriva de la palabra griega Ethos que significa carácter o costumbre.

Moral: se deriva de la palabra latina “nom oris” que significa también costumbre.

Así pues significa ciencia que estudia las costumbre”

Definición: la ética es la ciencia que estudia los actos humanos en su moralidad, es decir, en su referencia al último fin del hombre.

1. Es una ciencia practica y normativa porque estudia los actos humanos no como son sino como deben ser.

2. Tiene por objeto los actos materiales los actos humanos (los actos que el hombre realiza con advertencia y libertad.

Y por objeto formal (aspecto bajo del cual estudia los actos humanos) la mortalidad (bondad o malicia moral) de esos mismos actos que consiste en su conformidad con el ultimo del hombre.

EL ACTO HUMANO

Hemos dicho que la ética estudia la moralidad de los actos humanos. Por ello, antes de investigar en qué consiste la moralidad debemos averiguar antes que es un acto humano.

Se define así:

Acto humano: es aquel que realiza el hombre en cuanto a es decir consiente y libremente.

Los elementos del acto humano son tres:

1. Advertencia: es darse cuenta de lo que se hace.

2. Voluntariedad: significa que la voluntad quiera efectivamente el fin propuesto por la inteligencia.

3. Libertad: significa que la voluntad quiera efectivamente el fin propuesto por la inteligencia.

Si falta alguno de estos elementos el acto no es humano aunque sea acto del hombre.

Por ejemplo, son “actos del hombre” pero no “actos humanos”, la circulación de la sangre, un movimiento instintivo, un realizado durante el sueño o sin darse ninguna cuenta, etc. Los actos humanos son los únicos que pueden ser objeto de la moralidad.

IMPEDIMENTOS DEL ACTO HUMANO

Son las causas que modifican de alguna manera los elementos del acto humano. Pueden ser próximos (si influyen solo indirectamente remotamente) los tienen resumidos de la forma siguiente:

IMPEDIMENTOS

PRÓXIMOS

De la advertencia: ignorancia.

De la voluntariedad, libertar interior, pasiones, miedo y hábitos

REMOTOS

De libertad exterior: violencia.

Naturales: temperamento, carácter, edad, herencia.

Patológico: neurastenia, histeria, epilepsia.

Ambiente: educación, sociedad, clima.

Solo estudiaremos los impedimentos próximos:

· IGNORANCIA: es la carencia de conocimiento. Pero la ignorancia vencible supone una voluntaria indirecta, pues si no se sale de la ignorancia es porque no se quiere.

· PASIONES: son movimientos (impuestos) del alma que nos arrastran hacia un objeto o nos alejan de él.

La pasión se divide en:

- antecedente: si es previa a la intervención de la razón. La pasión antecedente quita o disminuye la voluntariedad.

- Consecuente: si es posterior a la intervención de la razón. La pasión consecuente aumenta la voluntariedad.

· Miedo: es la turbación del ánimo ante un peligro futuro que nos amenaza. Generalmente disminuye la voluntariedad, solo lo anularía en caso de que quitara el uso de la razón.

· Hábitos: son la tendencia a repetir ciertos actos, adquiridos por haberlos ya repetido anteriormente. Los hábitos suelen disminuir la libertar, pero no la responsabilidad si son voluntarios en su causa.

· Violencia: es forzar a alguien a realizar materialmente una acción contra su voluntad. La violencia nunca suprime la voluntariedad ni la libertad anterior o libre albedrío; solo suprime la libertad exterior.

· El acto moral: cuando en el acto humano se considera su bondad o malicia moral, tenemos el acto mora, que por tanto podrá ser definido así: “acto moral es el acto humano en cuanto se conforme o no con el fin último del hombre.

PROPIEDADES DEL ACTO MORAL

1. Responsabilidad: propiedad por el cual el auto del acto moral debe dar cuenta de él, es decir responder ante una autoridad superior. Según la autoridad ante la que debe responder, la responsabilidad puede ser:

- Moral: obligación de responder ante Dios, en el fondo de la conciencia.

- Jurídica: obligación de responder ante la ley humana.

- Social: obligación de responder de nuestros actos dentro de los grupos que formamos parte. Se llama impuntualidad a la “propiedad en virtud de la cuan un acto puede con toda justicia ser atribuido a una persona como a su autor”

2. Merito y demerito: es el “valor moral de un acto, que le hace digno de premio o de castigo. Por tanto supone dos cosas: valor moral del acto y de la persona que lo realiza. Derecho a la sanción (premio o castigo) correspondiente.

En conclusión, sabemos que la ética es el estudio de la conducta moral del hombre. Es una ciencia más práctica que las otras ramas de la filosofía pues enseña a vivir a la razón.

PRIMERA UNIDAD

TRES GRANDES TRADICIONES MORALES

A. LA MORAL SOCRÁTICA: en tiempos de Sócrates la sociedad ateniense estaba en plena decadencia. La desdichada guerra del Peloponeso (430-402) que había traído discordias y odios, la demagogia política y sofistica entre los filosofos fueron causas de desviación en la vida pública y privada. Hacia los 40 años Sócrates siente una voz interior (daimon) que lo llama a trabajar para levantar el ánimo de los compatriotas y establecer a un orden formando la moral.

Desechando toda remuneración material, pasa su vida en las calles y plazas de Atenas interviniendo en la conversación pública y privada para dar lecciones de sabiduría y virtud. Da a todos ejemplos de paciencia, heroísmo y sobre todo ejemplo de equidad en su juicio y condena. Sócrates cree cumplir con su misión enseñando; porque la sabiduría hace virtuosos, luego bastara hacer del pueblo ateniense un pueblo sabio para que sea a su vez virtuoso. La sabiduría es un bien supremo; si ella no es posible ser feliz, ni virtuoso, aunque se posean todos los demás bienes.

La conquista de la sabiduría exige renuncias y sacrificios la moral platónica acentuara este concepto de sacrificio y purificación, necesaria para la conquista de la virtud. Pero para Sócrates, como para Platón el sacrificio renuncia no tiene valor propio. Sino de medio para alcanzar un bien superior. La equivalencia entre sabiduría y virtud es una idea central de la que hablaba con él y nada indica ningún pensamiento de orgullo llegara a alterar la pureza, la belleza de este sacrificio sublime. Sus palabras referidas por Platón son tan sencillas al fin de sus días última como medio de su vida. La solemnidad del gran momento de la muerte no da a sus palabras ni tensión ni decaimiento, obedeciendo con amor, a la voluntad de los dioses que él ve en todo; su posterior, continúo con sus amigos el tema de conversación comenzando en la víspera; bebe la cicuta como una bebida ordinaria y sea cuesta como lo hubiera hecho para dormir tan seguro se halla de que los dioses están allí antes, después en todas partes, y de que va a despertarse en el seno de los dioses.

B. LA MORAL CRISTIANA: el cristianismo representa en el mundo como una nueva religión de amor y de salvación del hombre; por los dogmas (postulados religiosos) que sustentan y que se difunden muy pronto por todo el mundo, ofrece como materia de reflexión, una mudanza en la filosofía de tal magnitud que no se había operado desde los orígenes de la ciencia griega. El cristianismo aporta en efecto 3 decisivas ideas desconocidas en la antigüedad.

1. El pensamiento de la creación (partiendo de la nada)

2. La conciencia de la temporalidad histórica del hombre.

3. El principio del amor como fundamental norma de la existencia humana.

Puntualmente esta concepción amorosa de la vida no pocos pensadores subrayan los aspectos emotivos y voluntaristas de Santo Tomas y del neotomismo. Por todo esto, parece muy pertinente al presentar aquí un estudio acerca de la esencia del cristianismo en sus relaciones con la moral.

1. Un solo Dios creador y rector del mundo, omnipotente eterno y justo.

2. La idea de un Mesías, de un enviado de la divinidad para libertar y redimir al pueblo de Israel, antes de la resurrección de los muertos.

3. El concepto de santidad.

Se considera en la doctrina de la trinidad cristiana “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. También es herencia judía el hecho de que el cristianismo con fines religiosos ocupen el lugar preeminente en la vida y en la educación. Ninguna cultura antigua posee una historia religiosa de más grandes alcances que la Hebrea por sus repercusiones en el mundo occidental.

Dos circunstancias decisivas determinan este desarrollo prodigioso de la religión entre los judíos. Por un lado las excelencias de ley. Los diez mandamientos constituyen en su brevedad impresionante, uno de los documentos más eficaces que ha producido la historia para normar las nobles relaciones humanas. No solo los judíos deben fundamentalmente al desalojo su educación moral; los cristianos de todas las confecciones son tributarios de tan agregado documento.

De otro lado la recia organización de la familia cuya importancia fue irrebatible de todos los eventos de la existencia. Lo que para los griegos y romanos fue el estado, es para ellos la familia. Esta conserva las costumbres y tradiciones, cultiva la legitimidad y es comunidad de culto. La significación de la familia arroja su clara luz también sobre la mujer, por otra parte tan menospreciado en el Oriente. Aquella no es mera fuerza de trabajo, es la compañera del hombre, y su alabanza es altamente proclamada. Ella de la estirpe lo más valioso, los niños, y pose también influjo en la educación.

La prosperidad que produjo al pueblo judío respecto a la mujer y esta situación honorable de la familia. Fue infinitivamente grande. El mundo antiguo se hundió. Como vimos en el menosprecio de la mujer y destrucción de la vida familia. El judaísmo a pesar de que todos sus miembros fueron dispersados por el mundo se ha conservado tensamente. Fue por esto una bendición para la humanidad el que Cristo acogiera en su religión universal junto a una eminente ley jurídica la antedicha concepción de la familia.

Jesús nació en Belén de Judá. Su madre fue María y su padre adoptivo José, de oficio carpintero. El nacimiento de Cristo ocurrió en el año 748 o 749 de la fundación de Roma. El creció en edad y sabiduría junto a sus padres en Nazareth conociendo esta etapa como su vida oculta.

A los 33 años se inicio su vida pública, cuando sale a reconocer a los pueblos de Judea, predicando el evangelio o sea su doctrina. Muere crucificado por el orden de Poncio Pilatos en el Gólgota o monte de la calavera, también llamado calvario. Cristo con un nacimiento marca el inicio de nuestra era: al proclamar el cristianismo que todos los hombres como hijos de Dios tenían el mismo destino y que todos eran iguales ante él. Sustenta por vez primera las ideas de fraternidad o igualdad social. Para los más elevados fines de la existencia y respecto a la conducta moral y la salvación eterna, desaparecen las diferencias entre el rico y el pobre de hombre y mujer, joven y viejo. Con ellos se destaca como nunca el valor ético de la intimidad humana. “De que aprovecharía el hombre al conquistar el mundo entero si perdiese el alma” A las ideas de igualdad y fraternidad humana se asocia otro carácter no menos importantes se ve en la educación una obra de misericordia (enseñar al que no sabe).

C. LA MORAL ESTOICA: la ética estoica es decididamente intelectualista, en el sentido de que Zenón no espera sino el progreso de la razón la formación del sentimiento y de la voluntad. La razón es esencialmente la guía del hombre, el trabajo o la moral consiste para este en formar en si esta conducta de la vida y en gobernar por ella su vida eterna, es decir en el llegar una razón en acto. Así estará el hombre totalmente de acuerdo con su naturaleza y abra alcanzado su fin. De modo que la virtud no es otra cosa que el reinado de la razón y como tal identificase con el bien que es la razón misma por ser orden y perfección.

La virtud no es posible que admita grados, porque la voluntad es una unidad invisible, perfecta, completa de una vez porque no consiste en otra cosa que la disposición fundamental de la voluntad de identificarse con la razón. De ahí que quien posee una virtud, las posea necesariamente todas, y quien carezca de una sola no posee absolutamente ninguna.

Plantearse la cuestión de saber cómo es posible conseguir la virtud es decir dominar las pasiones e instalarse en la perfecta serenidad de la apatía, conforme el precepto; obstante en la perfecta serenidad de seguirlo, responde los estoicos, resistiendo de frente a las pasiones, sino solo oponiéndoles el juicio de razón que nos hace juzgar las cosas según la verdad, en vez de juzgarla por opinión propia y según la apariencia. La razón demuestra que no exista más que una sabiduría, la cual consiste en aceptar el orden universal, que no depende de nosotros; y a renunciar a los deseos, que engendran la inquietud y la discordia.

El emperador romano Marco Aurelio reunió todos los preceptos de la doctrina estoica recogiéndolos y dándoles un nuevo vigor. Considero los deberes que tienen el hombre consigo mismo, con respecto al prójimo y en relación a Dios. En consecuencia de estos deberes estableció la necesidad de amar y reverenciar al ser supremo. Consideraba que las criaturas racionales se someten voluntariamente a las disposiciones de la Providencia y persuadía al hombre para aceptar lo que fuese ordenado por el ser supremo, considerándolo además como justo condecente a la felicidad.

SEGUNDA UNIDAD

VIDAS EJEMPLARES. (TRABAJO DE INVESTIGACIÓN)

TERCERA UNIDAD

LA PERSONA HUMANA

Tenemos la definición clásica: Hombre animal racional” tan repetida como poco estudiada a fondo y tenemos la ultimísima definición metafísica, muy atrevida, acaso demasiada arriesgada; “el hombre un espíritu imperfecto que para alcanzar su estado definitivo necesita tener, por algún tiempo, forma sustancial de materia” en otras palabras, el hombre, un espíritu que no puede existir enseguida como tal, sino que exige ser durante algún tiempo animal racional.

Esta definición, como tal, para no ser mal entendida, requeriría un cumulo de aclaraciones de orden ontológico. Tomemos otra definición de hombre. “el hombre es una unidad y totalidad psicosomática social, trascendente, una unidad teleológicamente estructurada.

Es papa Pio XII que al profundizar y comprender esta definición nos dará la clave para penetrar, en lo posible, en el misterio de la personalidad humana, la cual nos llenará de maravilla por la obra maestra de universo, que somos cada uno de nosotros.

El hombre es una unidad psico-fisica es decir, un todo en el que el alma y cuerpo están sustancialmente unidos en la formación de la persona humana. Las funciones fisiológicas y las funciones psicológicas van íntimamente unidas. En la personalidad del hombre psíquicamente sano el supremo gobierno le compete el alma, en cuanto espíritu. El hombre unidad psicosomática, es también unidad social.

El ambiente ejerce preponderante influencia en la configuración de la personalidad común, que es en fin de cuentas el bien de las personas, es decir un bien que, se distribuye sobre las personas. La persona humana deberá pues respetar a las otras personas como quiere ser respetada ella misma, este respeto implica en si. Limitación de sus deseos, restricción de sus exigencias, sumisión y abnegación.

VALORES PERSONALES

DIGNIDAD: la personalidad forma una especie de absoluto, que exige respeto incondicionado. Subordinase por tanto el resto del universo, con la obligación para ella de respetar, por un lado, a las otras personas, que son fines como ella, y por otra parte, de usar rectamente los seres y las cosas que les son inferiores. Queda manifiesta la dignidad del hombre, por los altos valores que lleva impresos de criatura del Divino hacedor, de estuche ennoblecido con la huella divina de su origen y altísimo destino. El hombre es un ser que no es medio no instrumento para fin alguno creado: no puede ser utilizado por Dios.

LIBERTAD: el problema de la libertad dice Hartamann es el más arduo de la ética y es también el de mayor trascendencia, ya que de su solución depende el sentido y el valor de nuestra vida. Si la libertad de la voluntad existe, la conducta humana tendrá una significación moral plena, si por el contrario, es ilusoria no podrá el sujeto responder de su comportamiento, ni merecer el hombre de persona. El libre albedrio constituye una “CONDITIO SINE QUA NON” de la moralidad. Todas las teorías que eliminan o ignoran ese atributo implican una negación de ésta. Tal cosa ocurra por ejemplo, en el determinismo intelectualista de Sócrates. Para ser feliz pensaba el moralista griego es menester ser bueno, y para ser virtuoso hay que ser sabio. El conocimiento del bien determina su ejercicio, y la práctica de la virtud conduce a la ventura corolarios: no hay malos, solo podemos hablar de “ignorantes” quien hace el mal, no lo hace por perversidad sino por error.

Supongamos que la tesis del filósofo helénico fuese correcta. El conocimiento y la práctica del bien es enlazarían de manera indefectible, como se relacionan las causas y los efectos en el ámbito de la naturaleza. Y el proceder individual perdería todo relieve ético. No sería bueno ni malo. Resultaría amoral. Se puede confundir la libertad moral con la jurídica: esta es una facultad puramente normativa. La ley no solo ordena y prohíbe, sino que deja a las personas un cierto radio de acción. Este sector en el ámbito de la libertad como derecho. La libertad jurídica no es ni puede ser un hecho. Es una facultad derivada de una norma. La libertad moral en cambio. Es atributo real de la voluntad.

JUSTICIA: El valor ético-social por excelencia es la justica. Frente a él falla todo intento de fundar una filosofía moral individualista. La justicia, como virtud ética fundamental es impecable, en rigor sin la noción de una comunidad de hombres. La justicia es la tendencia apuesta al egoísmo. El egoísta exige todo para él, poco le importan los demás; la justicia al contrario proclama “no todo para mí sino lo mismo para mí y los otros”. Rasgo esencial en ella es, por lo tanto, la idea de igualdad: igual derecho igual deber con los otros, tantos frentes al particular como frente a la comunidad.

El elemento de igualdad forma parte de la noción de justicia no se refiere a la estructura natural (psico-fisica) de los hombres sino a la estricta equiparación de los individuos ante la ley moral. Es justo el individuo, que al actuar lo hace teniendo en cuando a su proceder es digno de sus semejantes. La justicia es la idea de la solidaridad llevada al campo de la vida moral. Entendida así la justicia, fácil es comprender que cada uno de los miembros de la comunidad puede realizarse cualquiera sea su función social; y también se comprende la intima relación de la justicia con los otros valores éticos. Tan solo es justo quien pone su veracidad, su fuerza moral y su pureza al servicio de sus semejantes. La justicia significa simultáneamente verdad, energía y templanza en pro de la comunidad. Podría decirse que la justicia es, por tal motivo, la virtud de la comunidad. La que fija los derechos y deberes de los individuos según su función social. En la justicia se aclaman las llamadas virtudes cívicas, es ella la cristalización de todos los valores éticos la exigencia de una regulación de derechos y deberes en una comunidad de hombres libres sobre el principio de igualdad.

Cuarta unidad

ESTUDIO DEL HOMBRE COMO SUJETO DE DEBERES

DEBER: Expresa la obligación o necesidad moral de hacer o de omitir una cosa. El hombre tiene deberes para con Dios, para con el prójimo y para consigo mismo.

MORAL PERSONAL

DEBERES PARA CON EL CUERPO: EL hombre está obligado a mirar por la conservación de la vida que ha recibido de Dios. Este deber general supone la obligación de conservar la vida y de observar las leyes de la templanza.

DEPORTES:

Conviene recomendar a la juventud la práctica de los deportes que pueden ser un excelente medio para un armonioso desarrollo físico, fortalecer el cuerpo y darle agilidad y resistencia. La formación de la voluntad también se beneficia en el ejercicio físico por efecto del esfuerzo continuo y perseverante que requiere la práctica de los deportes. Algunos de estos, que requieren espíritu de equipo, contribuyen no poco a formar los sentimientos de disciplina, solidaridad, abnegación, desprendimiento que supone la tendencia a un mismo fin común. Mas los deportes pueden también presentar su aspecto negativo, aquí como en todas las cosas, el uso es bueno y el abuso empieza con el exceso; la regla la ha de señalar la ley del justo medio.

CASTIDAD:

Es una de las formas capitales de la templanza. A ella corresponde imponer una sabia media en los que se refiere a los placeres llamados de la carne. Buscar estos placeres únicamente por el goce que procuran es siempre inmoral, porque el placer, que no es más que un medio, no puede ser transformado en un fin. La abstención de placeres si se ha de conformar con las exigencias de la castidad, no debe limitarse a los actos propiamente dichos sino que se ha de entender igualmente a las representaciones, discursos, lecturas, miradas y deseos prohibidos. Nuestras obligaciones pueden resumirse bajo un triple aspecto: como formación del juicio, cultivo del espíritu y como formación profesional.

MODERACIÓN EN LA COMIDA Y BEBIDA: el uso de los alimentos procuran la salud producen placer, es normal y legitimo. Pero es evidente que si hay que comer para vivir, sería un vicio vivir para comer. Convienen pues usar de prudente moderación en el uso de los placeres de la mesa.

TEMPLANZA:

Las satisfacciones exigidas por las necesidades corporales no son morales si no son ordenadas y moderadas. Esto es lo que etimológicamente la palabra templanza, que quiere decir mesura y designa la virtud que aleja de todas las satisfacciones desordenadas. El desorden puede en efecto introducirse aquella de diferentes maneras, ya aconsejando, un exceso en los cuidados corporales, o bien haciendo buscar por si mismo, a titulo de fines, medios, los goces sensibles y especialmente los placeres corporales.

DEBER DE CONSERVAR Y RESTAURAR LA SALUD: en razón de la dependencia en que se halla la vida intelectual y aun la vida moral con relación a la vida orgánica, vegetativa y sensitiva, el hombre, en conformidad con las tendencias instintivas, debe echar mano de los medios. Al menos ordinario que aseguren la conservación o restauración de salud corporal, alimento, higiene, ejercicio, reposo y cuidados en las enfermedades. De no hacerlo así, sería incapaz de entregarse con regularidad a sus deberes de estado; es lo que la sabiduría popular quiere expresar por el adagio “Mens sana in corpore sano”

1. FORMACIÓN DEL JUICIO: nunca se insistirá demasiado sobre la importancia que hay de ponerse en situación de poder juzgar y decir, de procurarse un espíritu crítico, o sea un espíritu de discernimiento, que se preocupe de sustituir las opiniones espontaneas e irreflexivas impuestas por el capricho, la moda o el interés, los prejuicios de clase de ambiente, con creencias y juicios basados en razones bien fundadas. Para la formación del espíritu crítico debe contribuir los diversos estudios a que uno se entrega, los consejos de personas prudentes y con experiencia de la vida.

2. CULTIVO DEL ESPIRITU: Por cultivo del espíritu hay que entender al parecer algo muy diferente de la cultura del juicio práctico. El ideal será pues buscar un doble aspecto cultural, estético e intelectual y para ello debe esforzarse por poseer la manera profunda cierta técnica artística (música, dibujo, pintura) y trabajar en la formación de la inteligencia, es decir la posesión de una y otra de las disciplinas científicas y en la cultura propiamente filosófica del pensamiento. De manera general, la perfecta cultura del espíritu consistirá en saber asociar armónicamente el encanto a la fuerza, la finura del rigor, el orden, el ímpetu, la emoción a la razón. Cualquiera que sea la importancia que con razón se da a la cultura practica de las virtudes morales y la rectitud del carácter deben conservar el primer lugar en nuestra estima. En realidad existe un grado de perfección moral que suple a la falta de cultura intelectual.

3. FORMACION PROFESIONAL: en medio del deber tan general de formar el propio juicio y de esforzarse por llegar a ser un hombre culto, existen normalmente otros deberes más particulares que se refieren a la formación profesional. Es claro en efecto que una obligación estricta el hacerse capaz de ejercer con perfección los deberes a que esta uno obligado por profesión y que se llaman los deberes del propio estado.

4. DEBERES PARA CON DIOS: resúmenes en la virtud de la religión, esta es una virtud moral que nos hace dar a Dios, por el culto interior, todos los homenajes que le son debidos. Así entendida, la religión depende de la virtud de la justicia y se identifica en cierto modo con la piedad y el sentimiento religioso; sus múltiples actos (adoración, acción de gracias, contrición y penitencias, etc.) pueden resumirse en la oración por la cual damos a Dios triple homenaje de la inteligencia del corazón y la voluntad.

5. HOMENAJE DE LA INTELIGENCIA: los deberes que impone la virtud de religión a la actitud intelectual consisten en volver hacia Dios el pensamiento para mejor conocerle y consagrarle todas las potencias de nuestro espíritu. Este deber lo cumplimos por la atención perseverante a las cosas de Dios, atención perseverante a las cosas de Dios, atención destinada a fijar en cierto modo el pensamiento en una viviente meditación, sobre las grandes cuestiones que se refieren a la existencia de Dios, a los atributos divinos, a la providencia, así como a las verdades sobrenaturales de la fe, que es la suprema entrega a la inteligencia a Dios.

6. HOMENAJE DEL CORAZON: el conocimiento y la meditación de las divinas perfecciones deben despertar el amor. Aquí es, sobre todo, donde la virtud de religión se completa en la perfección de su esencia, porque por el amor es como el alma se une más perfectamente a Dios. Aquí abajo, amar a Dios es mejor que conocerle, porque nuestro conocimiento de Dios es muy deficiente mientras que el amor realiza el milagro de hacer que Dios sea un “TU” para mí, una persona o alguien delante del alma, y que entre ella y Dios se inicie un dialogo que es como el cántico de una perfecta amistad, la religión consiste ante todo en amar a Dios sobre todas las cosas y que todos nuestros deberes para con Dios convengan hacia este supremo amor.

7. HOMENAJE DE LA VOLUNTAD: el hombre está obligado hacer el bien evitar el mal. Tal es la primera verdad práctica que comprenda su espíritu, la cosa más excelente es este orden moral en virtud del cual toda criatura racional está sometida es su autor, reconocer su infinita perfección y le imita según su naturaleza y su poder. Realizar este bien, evitar el mal que constituye la ruptura de este orden fundamental y que es el pecado, tal es el deber del hombre. En el cumplimiento de este deber descubrimos las etapas o elementos siguientes; primero, la elección de Dios, como fin supremo de todas nuestras actividades y de nuestra vida entera luego, la conformación de nuestro querer con la voluntad divina, por la obediencia generosa y perseverante a las ordenes divinas que nos llegan a través de la ley natural o de las leyes positivas; y en fin, la total entrega de la voluntad al servicio de Dios. Tal como lo exige el tercer precepto del decálogo.

MORAL SOCIAL

DEBERES PARA CON EL PRÓJIMO

Homicidio y violencia: el homicidio o muerte voluntaria de un inocente va claramente contra el fundamental del que tienen todos los hombres de respetar el principal bien del prójimo que es la vida “No mataras”, esta prohibición del homicidio no se limita al homicidio propiamente dicho, sino que se extiende también a todo lo que atenta gravemente contra la vida o la salud del prójimo, es decir, en general, a toda violencia injusta que oprime al prójimo en su persona y en su libertad física. La prohibición del homicidio y de la violencia no se refiere ni al caso de la pena de muerte o de los castigos corporales impuestos regularmente por el poder judicial, en nombre del bien superior de la sociedad, en castigo de un crimen, ni al caso de legítima defensa. El que es injustamente atacado tienen el derecho, y muy a menudo, el deber de defenderse por todos los medios de que puede echar mano. No obstante la legítima no puede ejercerse sino dentro del límite, a veces difícil de precisar, del perjuicio a evitar; no es lícito matar cuando bastan golpes y heridas, no dar golpes o herir para responder a una simple amenaza de violencia.

Duelo: esta practica es injusta e irracional. Es injusta porque nadie tienen derecho de atentar contra la propia vida o contra la del prójimo y el duelo resiste la doble malicia del homicidio y del suicidio. Es irracional, por ser absurdo recurrir a la casualidad para resolver una cuestión de derecho.

MUTILACION: es privarse voluntariamente de un miembro de otra parte del cuerpo humano. La mutilación es legítima y licita cuando se trata de una operación quirúrgica destinada a procurar un bien físico. Es criminal cuando es el resultado de una injusta violencia, es decir cuando tiene lugar fuera del caso de legítima defensa.

DEBERES CON LA PERSONA MORAL DEL PROJIMO: por la expresión de “persona moral” entendemos aquí, por oposición a la persona física, todos los bienes espirituales que constituyen la dignidad propia de la persona humana y fundan su derecho a la verdad, a la libertad y al honor. Cualquier violación de estos derechos fundamentales es una atentado contra los bienes más preciosos y esenciales del hombre.

DEBER DE VERACIDAD: los hombres se ven constantemente obligados a comunicarse entre sí para las necesidades de la vida. la primera condición para que la palabra consiga su fin es que exprese la verdad. La vida entre las personas no seria posible sin esta confianza en la veracidad de los demás. Por eso la mentira junta en si la triple malicia de violar el respeto debido al prójimo engañando su confianza, de perturbar el orden social, y en contra una de las condiciones de la paz pública y de la mutua concordia entre los hombres, y de degradar moralmente al mentiroso, que desvía de su fin natural un instrumento destinado a la expresión de la verdad.

RESPETO A LA LIBERTAD AJENA: la única libertad a la que es posible perjudicar en los demás es la libertad exterior, porque el libre albedrio, es una propiedad de la voluntad y es puramente interior, no puede recibir atentado alguno del exterior. Por otra parte por “libertad externa” hay que entender aquí todas las formas de la independencia en el ejercicio de las actividades externas, corporales (libertad física) o espirituales (libertad de conciencia). Esta libertad es un derecho fundamental de la persona humana.

RESPETO DEL HONOR AJENO: el honor o la buena reputación se deber los puntos de vista interpersonal y social el primero de los bienes espirituales del hombre. Gracias a él en efecto existe la reciproca confianza entre los hombres y ayuda mucho por la gran estima que todos la tienen a abstenerse de faltas y contravenciones públicas que atentan contra él. Hay dos maneras, un anterior (juicio temerario) y otro exterior (maledicencia y calumnia), de violar el respeto debido al honor al prójimo.

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